Redes más modernas por las buenas... o a la fuerza. Bruselas lanzó un aviso a las grandes operadoras telefonicas a rebajar el precio de alquiler de sus redes de cobre para favorecer la inversión en una nueva infraestructura más veloz y con más capacidad basada en la fibra óptica.
La vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de Telecomunicaciones, Neelie Kroes, indicó que trabajará para introducir una rebaja en los precios de acceso a estas redes, dado que los operadores alternativos se quejan constantemente de estos precios. La presión ejercida por Kroes obedece a los objetivos establecidos en la Agenda Digital Europea, por la que Bruselas pretende que en 2020 toda la población tenga una velocidad de acceso a Internet mínima de 30 megas y que el 50% disponga de 100 megas. Teniendo en cuenta que en España no estará garantizado contar con una conexión de 1 mega en cualquier sitio de España, pueden comprenderse las prisas de Bruselas.
Pero antes habrá que desbloquear la situación. El objetivo de la Agenda Digital exige el despliegue de una nueva infraestructura de fibra óptica. El problema es quién asume la factura. Los operadores que heredaron la red actual tras la ronda de privatizaciones de los años 90 -Telefonica, Deutsche Telekom, Telecom Italia, France Telecom...- quieren seguridad jurídica antes de invertir grandes sumas de dinero y aún no están claras las condiciones en las que se debería ceder el uso de la red a operadores alternativos. Por otro lado, están los efectos de la crisis económica. En el caso de Telefonica, que atraviesa una difícil situación en España por la pérdida de clientes, la inversión necesaria para desplegar la red en 2020 ascendería a 4.700 millones de euros, según un estudio de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT).
"Bajar los precios en el actual contexto de crisis económica y fuertes requerimientos de inversión, sería muy negativo para el sector y pondría en peligro los objetivos de la Agenda Digital", manifestó el presidente de Telefónica, César Alierta, frente a Kroes en un discurso pronunciado en Bruselas.
Redes ya amortizadas
La visión de los operadores alternativos es bien distinta, por supuesto. En su opinión las grandes compañías están exprimiendo las redes que heredaron hace más de 10 años, trasladando unos costes ya amortizados a los usuarios y ralentizando el desarrollo de la agenda digital. "Ahora mismo, podemos perder el tren de la agenda digital. Hacen falta políticas más decididas para evitar el efecto perverso de la falta de inversión de las compañías dominantes", advirtió Tom Ruhan, presidente de la asociación de operadores alternativos europeos, Ecta.
Por esta razón es Bruselas la que quiere obligar al sector a moverse. Como paso previo, ha abierto un periodo de consulta pública sobre la cuestión. Con los resultados en la mano, intervendrá a través de los reguladores de cada país miembro. La UE tiene un sólido historial en la regulación del sector de las telecomunicaciones. La ex comisaria Viviane Reding asombró a la industria en 2008 al limitar lo que las empresas de telefonía móvil podían cobrar por llamar, enviar mensajes de texto y descargar datos en el extranjero.
FUENTE :http://www.elmundo.es/elmundo/2011/10/03/navegante/1317667022.html