Los expertos apuntan que en el pasado, las infraestructuras de datos estaban diseñadas en torno a un conjunto de preguntas conocidas. Hoy en día, por el contrario, es mucho más difícil predecir qué preguntas se realizarán. Esa incertidumbre, asegura el especialista en análisis de Big data Mike Barlow, “hace que sea casi imposible construir infraestructuras tradicionales para el manejo de grandes volúmenes de datos”.
Durante la tercera edición de la Big Data Week, que se celebra esta semana en más de 30 ciudades de todo el mundo, incluidas Barcelona y Madrid, un equipo de expertos e investigadores reunido en la capital catalana se ha dispuesto a analizar el impacto del fenómeno Big data poniendo especial énfasis en las cuestiones que los investigadores se plantean a la hora de analizar los datos.
“Si el Big data es la solución, ¿cuál es la pregunta?”, subraya la responsable de proyectos estratégicos del Consorcio Sanitario del Maresme, Julianna Ribera: “La verdadera solución reside en hacer las preguntas adecuadas”. En este punto, coincide con el director de investigación de mercado de O’Reilly Media, Roger Magoulas: “Muchos analistas estudian los datos para confirmar sus expectativas, pero lo más interesante es explorar y ver lo que en realidad muestran los datos, ya que un buen análisis genera más preguntas que respuestas”.
El Big data ha cambiado la manera en la que los analistas ven los datos. Según el experto Aldo de Jong, de Claro Partners, si se combina el Big data con los experimentos adecuados se puede comprender porque las personas hacen lo que hacen y por tanto, estudiar su comportamiento.
Las aplicaciones que pueden resultar del procesamiento de estos datos son muy amplias. Ejemplo de ello es Eixos, un observatorio económico digital que ofrece información a los agentes económicos que operan en Catalunya. Eixos muestra mapas con todos los locales vacíos de Barcelona, la localización de todas las peluquerías del territorio o el número exacto de hornos de pan que existen, entre otros. De este modo, un emprendedor puede detectar con más facilidad nuevas oportunidades, así como replantear su negocio y completar la oferta ya existente.
El problema que está surgiendo ahora es que muchas empresas quieren acceder a un gran volumen de datos sin saber para qué los van a utilizar. Reflexionar para qué se necesita toda esta información es igual o más importante que analizarla, reflexiona Jong: “Ahora empezamos a tener la resaca del 'boom' del Big data porque muchos clientes se empeñan en querer muchos datos cuando lo realmente importante es centrarse en el valor que tendrán esos datos”.
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