Las últimas generaciones de televisores están mejorando (casi) todos los aspectos del aparato estrella de cualquier salón. Más grandes, más delgados, más inteligentes, mejor conectados, con más definición hasta 8K, menor consumo, con mejor calidad de imagen… ¿Y el sonido?

Puedes olvidarte de promesas, de especificaciones y del marketing. Cualquier oído medio que se precie concluirá que el sonido de un televisor típico no es bueno. Si los avances en el resto de apartados han sido notables, el apartado del audio es el ‘hermano pobre’ de los televisores inteligentes desde hace años. Y no va a mejorar, seguramente penalizados por unos diseños cada vez más ultradelgados que dejan pocas posibilidades para montar un buen conjunto de altavoces.

La solución ideal para un usuario exigente en cualquier hogar es contar con un sistema de audio completo de alta definición y su conjunto de altavoces. Sin embargo, no todos los consumidores tienen el espacio suficiente en su sala de estar para montarlo o enfrascarse en una instalación normalmente más compleja que exige llevar cableado, subwoofer o satélites a varios puntos de la estancia y contar con equipos adicionales como un buen amplificador A/V. O simplemente no quieren gastar el precio elevado que exige este tipo de soluciones.

Una solución alternativa son las barras de sonido. Unos accesorios que se venden a precios asequibles. (Relativamente porque lo bueno aquí no es económico). Con tamaños compactos y buenos diseños, su montaje es muy sencillo y quedan visualmente estéticos sea en montajes en mesas o en pared si tenemos colgado el televisor. En todos los casos ofrecen una gran mejora del sonido deficiente de los televisores planos y, según los modelos, un mayor potencial ya que pueden emplearse para conectar otros dispositivos más allá del televisor.

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