El apartado del audio sigue siendo el «hermano pobre» de la industria de los televisores y por ello las barras de sonido son un buen complemento para solventar esta carencia. Mientras que las últimas generaciones de televisores han mejorado notablemente en los apartados de vídeo con paneles OLED y resoluciones increíbles de hasta 8K; todo tipo de tecnologías de mejora de imagen; amplia conectividad; más «inteligentes» con los asistentes virtuales y el control por voz o unos diseños apabullantes, un televisor típico emite más «ruido» que un sonido de calidad para obtener la mejor experiencia.

Huye de las promesas de los chicos del marketing y de las apabullantes especificaciones que nos sirven. Salvo honrosas excepciones que confirman la regla, el audio no está igual de cuidado que otros apartados en el aparato estrella de la sala de estar. Un extremo aplicable a otro tipo de pantallas como los monitores y en general al mundo del PC. Algún colega tengo que gasta 800 euros en una gráfica super RTX 2080 y castiga sus oídos con lo que sale de los altavoces integrados de su monitor y un chip de audio integrado en su placa base. Menos mal que al menos le recomendé unos buenos auriculares…

Ese desequilibrio también lo vemos en televisores. Y no creemos vaya a mejorar. Siguen mandando los departamentos de diseño y con ello la apuesta por una delgadez que no ofrece posibilidades para montar un buen conjunto de altavoces. Pero, hay soluciones.

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