El activista Jérémie Zimmermman aconseja a los ciudadanos buscar alternativas a Apple, Google, Facebook, Microsoft y todas aquellas empresas que impiden al usuario controlar la tecnología
Varios expertos se reunieron ayer en el Palau Macaya de Barcelona para debatir sobre “la autoprotección y la defensa de la privacidad en la era de la vigilancia masiva” y así clausurar las actividades organizadas en torno a la exposición Big Bang Data del Centro de Cultura Contemporánea, abierta hasta el 16 de noviembre en la misma ciudad. Desde la pasada primavera, cerca de 50.000 personas han visitado la muestra y la impresión general que se han llevado ha sido “miedo”, según comenta su comisario, José Luis de Vicente.
Uno de los temas expuestos, y el que ha causado más impacto, es el nivel de vigilancia al que el ciudadano está expuesto, gracias a los datos que recopilan millones de dispositivos, empezando por los ‘smartphones’. Según el ‘feedback’ recibido, la falta de privacidad preocupa.
El activista y representante de la plataforma LaQuadrature.net, Jérémie Zimmermman, aporta un motivo: “Más que privacidad, se trata de intimidad: (las empresas, las agencias de espionaje, etc.) entran en un espacio donde tenemos plena confianza de ser nosotros mismos”. Prevé, así, que la sociedad empezará a “autocensurarse” (a “perder la identidad”) como consecuencia a la vigilancia: “Es una forma de control social difuso: no son hombres vestidos de negro que pican a la puerta para intimidaros, sino que la gente se ‘autointimida’ por sí sola”.
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