Gobiernos y agencias de inteligencia consiguen programas maliciosos a través de una serie de empresas privadas, que las desarrollan o las adquieren de otros 'hackers'
Suelen trabajar en la sombra, al abrigo de las noticias que se publican en medios y redes sociales, pero a veces el nombre de alguna de estas compañías salta a la luz pública. Acaba de ocurrirle a NSO Group, a quien Facebook acusó recientemente de estar detrás de un fallo en WhatsApp que permitía espiar a los usuarios solo con hacerles una llamada perdida. La compañía señalada lo negó, como es habitual. Pero su caso ha sacado a la luz el oscuro mundo de las ciberarmas, un negocio millonario en el que participan empresas, Gobiernos y hackers.
Este tipo de empresas mantienen un perfil bajo. Desarrollan herramientas para hackear aplicaciones, móviles y sistemas operativos. Pero se mueven en un terreno legal. Gobiernos, fuerzas de seguridad del Estado y agencias de inteligencia les compran ciberarmas
¿Qué Gobiernos? En Zerodium tienen una opinión versada sobre el tema. Esta empresa desarrolla sus propias ciberarmas desde 2015, aunque se puede considerar heredera de la francesa Vupen, de los mismos fundadores y que empezó en el negocio en 2004. El CEO de Zerodium, Chaouki Bekrar, es taxativo: "Si cualquier representante de un país desarrollado niega tener capacidades ofensivas, él o ella está mintiendo".
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