Cada vez son más los negocios que instalan cámaras de vigilancia conectadas a internet para controlar lo que pasa dentro desde cualquier parte. El problema: no sólo lo ven ellos. Seis de cada diez cámaras no tiene contraseña y cualquiera puede acceder a esas imágenes, que circulan libres por la red.
Los expertos consultados entre los que se encuentra Víctor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas, alertan del grave problema de privacidad y seguridad que esto supone. El ejemplo está en las imágenes de tres ladrones que entran en una panadería y se hacen con la caja en apenas unos minutos. Las cámaras de seguridad son una gran ayuda para dar caza al delincuente pero también pueden generar problemas se seguridad si alguien logra hackearlas.
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