En este día que la paz parece flotar en un ambiente –ficticio o no- yo no soy juez y cada uno escribe la historia según como le va en la feria, sólo una pequeña reflexión.

Se habla de tiempos de paz, de reconciliación, de alto en las guerras…(y de consumismo también, que no falte)  no sé que tan reales son esos propósitos, pero creo que apelan a los mejores sentimientos del ser humano. (No me cabe duda que los tenemos, más o menos ocultos todos los tenemos, al igual que nuestra cuota de estupidez, que todo hay que decirlo).

En lo personal, reflexiono y me cuestiono (de cuando en vez, toca pensar) sobre la crueldad innecesaria, el escarnio que algunas veces hacemos sin venir a cuento, la burla que llega a límites obscenos con el justificativo de la broma,  la primacía del reinado de la injusticia, el doble rasero, y la inmoralidad de defender lo indefendible y por supuesto,  mi propia e inconmensurable estupidez… 

En este día de Amor cuasi-Universal, independientemente de las creecias personales, en lugar de usar la fórmula social de felicitaciones, opto por imponerme una dosis –doble- de humildad y disculparme con  los afectados por mis miserias.

Sin perjuicio, buenos días festivos a todos.
Gabriela.