Windows 10, al igual que todos los sistemas operativos, cuenta con un montón de vulnerabilidades. Ningún sistema es perfecto, y por ello es muy importante que haya un correcto sistema de actualizaciones de Windows que las evite. Sin embargo, Microsoft ha encontrado una manera aún mejor de solucionar un problema que generaba el 10% de los fallos de Windows 10.
El cambio que ha hecho Microsoft ha sido introducir dos nuevas APIs para ayudar a los desarrolladores de drivers a crear software más seguro. El objetivo de Microsoft es reducir los fallos de seguridad relacionados con la memoria, que suponen en torno al 70% de los parches que Microsoft ha lanzado en la última década, debido en parte a que Windows 10 está escrito en C y C++, motivo por el cual están intentando migrar algunos de sus componentes de Windows a Rust.