Uno de los problemas más comunes al pasar de Windows a Linux es no poder usar los programas a los que estamos acostumbrados. Es cierto que cada vez hay más software disponible para Linux, y que los programas más comunes (como Chrome, Spotify o VLC) tienen sus respectivas versiones en este sistema. Sin embargo, hay otros programas que no tienen versión para Linux, como puede ocurrir con Office, o con Photoshop. En ese caso, o bien tendremos que buscar alternativas (que las existen, como LibreOffice y GIMP), o recurrir a una herramienta que nos va a permitir ejecutar cualquier programa o juego de Windows en Linux: Wine.