La historia de Monica Hall se ha hecho muy popular en todo el mundo en poquísimo tiempo. Ella es la clienta que compró como nuevo un iPad Air que realmente ya había sido usado. Se percató de ello cuando, mientras lo configuaba, intentó descargarse sin éxito algunas aplicaciones. Además, en ese momento vio que el dispositivo tampoco podía ser bloqueado.
Se puso en contacto con Apple al instante y desde su servicio de atención al consumidor le aclararon que en el establecimiento de Texas (Estados Unidos) en el que había adquirido este artículo le habían dado un modelo estrenado, utilizado previamente como aparato de demostración en la tienda.
A la afectada por este error le sorprendió el descuido de una empresa tan solvente como American Telephone and Telegraph (AT&T), de donde se había llevado su gadget. Sin embargo, su desventura todavía no había terminado. Tres días después de haber recibido durante horas asistencia técnica por parte del fabricante de la tableta, tuvo que enfrentarse a otro inconveniente.
Al introducir las primeras letras del nombre de su hija en una app de mensajería observó que en la agenda ya había más de 300 nombres –supuestamnte de empleados de la marca de la manzana– con sus respectivos números de contacto. Y la sincronización del iPad con su cuenta de Apple aun le trajo más quebraderos de cabeza: todas esas entradas fueron a parar igualmente a su iPhone.
Para más inri, como la modalidad de correo electrónico del trabajo de Monica Hall es incompatible con el sistema operativo iOS 7, le tocó empezar a borrar los registros individualmente, es decir, uno a uno. Volvió a quejarse a ambas compañías, claro. Entonces AT&T intentó zanjar el asunto ofreciéndole 100 dólares –72,78 euros– por el perjuicio sufrido. No obstante, a estas alturas su caso ha llegado hasta múltiples webs especializadas y portales generalistas.
http://www.lavanguardia.com/tecnologia/moviles-dispositivos/iphone-ipad/20131215/54395557707/ipad-air-usado-precio-nuevo.html