Diana Shea lo presentó hace unos días, junto a otros colegas, como “un preservativo para nuestra vida social”. La encargada de eventos corporativos de Intel jugó la carta alarmista en el Intel Developer Forum (IDF 2012), que tuvo lugar en San Francisco (California, Estados Unidos): “Tus amigos pueden hacer lo que quieran con tus fotos de Facebook: descargarlas, copiarlas y manipularlas”.
Acto seguido, alabó las prestaciones de Social Protection, una aplicación desarrollada por el mayor fabricante de circuitos integrados del mundo y el antivirus McAfee, que impide el uso del botón derecho del ratón para guardar instantes indiscretos y que deforma las imágenes cuando el usuario intenta copiarlas.
La idea fue bien recibida entre los asistentes al congreso y en Twitter, donde algunos destacaban que cualquier herramienta que permita controlar los niveles de privacidad y seguridad en las redes sociales es bienvenida, aunque las protecciones siempre pueden burlarse. Con tiempo, ingenio o la suficiente potencia de cálculo.
¿Es efectiva?
Precisamente por esta razón, en algunos blogs técnicos, se cuestionaba la efectividad del invento a largo plazo. ¿No será mejor educar a los usuarios para que sean conscientes de qué contenidos publican y para que controlen los parámetros de privacidad que ofrecen las distintas redes sociales? “En un mundo ideal, lo deseable sería que todos y cada uno de nosotros fuéramos plenamente conscientes de todo lo que tenemos en la red: deberíamos leer los textos de las licencias de software, estar al día de las actualizaciones de los términos de uso y que las plataformas/empresas dónde compartimos nuestra vida electrónica minimizara estos cambios o fuera responsable de comunicar de forma correcta qué modificaciones son importantes”, afirma Joan Mayans, antropólogo y experto en la dimensión social y empresarial de las TIC.
Sin embargo, añade, “esto no es así”. “Ni nosotros somos tan atentos con cada detalle, ni las plataformas se preocupan especialmente de nada que no sea cumplir con la ley mientras persiguen sus propios intereses, cambiantes en cada caso. Basta ver las veces que Facebook ha modificado, no solo las condiciones de compartición de contenidos, sino su interfaz, lo que hace si no imposible, sí titánico que un usuario medio lo tenga todo controlado”.
“Por ello, no veo mal la solución que aporta McAfee”, insiste Mayans. “Es como un servicio de control de esa entropía, de jardinería digital, donde alguien se encarga de aplicar los cuatro criterios básicos con los que queremos compartir nuestros contenidos. Seguro que la aplicación también tiene su lado oscuro, una críptica licencia y una interfaz que necesita aprendizaje, pero la idea es interesante”.
Usuarios concienciados
Por su parte, Yolanda Peña, abogada especializada en marketing y nuevas tecnologías, se muestra de acuerdo en que la aplicación, que actualmente está en fase beta, “es un paso más en seguridad en la medida que permite al usuario poder limitar tanto la descarga como la manipulación de imágenes”. Pero subraya que “la mejor herramienta para evitar vulneraciones a la privacidad, está en manos de los propios usuarios.”
“Somos nosotros mismos los que debemos tomar conciencia de qué datos e imágenes colgamos en la red y evitar incluir aquello que podamos considerar datos sensibles o que simplemente no queramos que puedan ser accesibles por terceros”, asegura Peña.
Para ello, concluye, “es importante que se realicen campañas de concienciación y sensibilización, en especial, las dirigidas a menores de edad”, como las que promueven el Centre de Seguretat de la Informacióde Catalunya (CESICAT) y el Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (INTECO).
FUENTE :http://www.lavanguardia.com/tecnologia/20120918/54349728665/social-protection-bloquear-o-educar.html