El lanzamiento de una nueva generación de smarpthones casi siempre implica una bajada pronunciada del precio de los anteriores, un hecho que suele animar a muchos usuarios a comprar esos modelos dejándose llevar por el atractivo del precio.
A simple vista todo parece positivo, ya que suelen montar un hardware muy potente que no tiene mucho que envidiar a esa nueva generación y pueden costar hasta un 50% menos, ¿pero son realmente una buena opción?
Es una pregunta muy interesante que creemos que merece una reflexión precisa. Como sabéis los fabricantes de terminales Android suelen asegurar un soporte máximo de dos años, lo que significa que sólo recibirán nuevas versiones de Android durante un ciclo de 24 meses.
Podemos entenderlo mejor con un ejemplo; el Galaxy S6 que llegó en 2015 no recibirá nuevas versiones de Android a partir de mediados de 2017, lo que significa que por vía oficial no pasará de Android N.
En el caso de iOS Apple viene asegurando entre cuatro y cinco años de actualizaciones, un ritmo que de momento se ha cumplido con los iPhone 4, iPhone 4S y iPhone 5.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que esos plazos de soporte cuentan desde el momento en el que se lanzó cada smartphone, lo que significa que si hemos comprado el Galaxy S6 a mediados de 2016 en realidad hemos tenido un año de soporte.
La idea está bastante clara y la conclusión también, cuando compramos un smartphone de una generación anterior en la mayoría de los casos nos llevamos un buen terminal a un precio interesante, pero el mismo tendrá un plazo de soporte inferior.
Esto quiere decir que sufriremos la obsolescencia programada por software antes. ¿Supone un problema importante? Por lo general no, ya que las antepenúltimas y penúltimas versiones de cada sistema operativo móvil suelen tener una larga vida útil, pero es algo que creemos que todo el mundo debería tener claro desde el principio.
http://www.muycomputer.com/2017/07/13/smartphones-generacion-anterior/