El 27 de febrero, a media tarde, un joven de 16 años de edad caminaba por el distrito Mission de San Francisco cuando fue asaltado a punta de pistola y se le ordenó entregar su teléfono móvil. Este robo fue uno de los 10 delitos más graves en la ciudad durante ese día y en todos ellos estuvieron involucrados de una u otra forma los smartphones. Tres de ellos fueron robados a punta de pistola, tres a punta de cuchillo y cuatro por medio de la fuerza bruta.
Los robos de smartphones han aumentado de forma exponencial desde hace varios años y se están convirtiendo en una epidemia. IDG News Service ha analizado datos sobre los delitos más graves en San Francisco, de noviembre a abril, y ha grabado 579 robos de teléfonos móviles o tabletas, los cuales representan el 41 por ciento de todos los delitos graves acontecidos en la ciudad. Incluso durante varios días, al igual que ocurrió el ya mencionado 27 de febrero, los únicos delitos graves incluidos en el registro diario de la policía eran los robos de teléfonos móviles.
En más de la mitad de los incidentes, las víctimas recibieron puñetazos, patadas o fueron intimidados físicamente por sus teléfonos, mientras que en una cuarta parte de los robos, los usuarios fueron amenazados con armas de fuego o cuchillos. Aunque el estudio se limita a la ciudad californiana, el estudio se considera representativo de lo que está ocurriendo en Estados Unidos en su conjunto y de lo que podría ocurrir en Europa en un futuro no muy lejano.
Sin ir más lejos, en Washington DC, el 40% de los robos está relacionado con smartphones o teléfonos móviles. Lo que no hay son datos fiables de qué terminales son los preferidos por los ladrones, pero todo parece indicar que son los iPhones y los teléfonos de alta gama de Samsung, aquellos más demandados por los usuarios y por los que más dinero puede ganarse.
Es fácil ver por qué los robos son tan prolíficos. Y es que los delincuentes pueden convertir rápidamente los teléfonos robados en varios cientos de dólares en efectivo, así como los usuarios de teléfonos suelen ser blancos fáciles ya que caminan por la calle absortos en la pantalla y ajenos a su entorno.
Lista negra de móviles robados en EEUU
Con el posicionamiento por satélite integrado y la dependencia de una conexión de red, debería ser más fácil localizarlos y bloquearlos. ¿Por qué es el robo sigue siendo un problema de este calibre?
Una de las razones es que, hasta hace poco, no se podía hacer casi nada para detener a alguien usando un teléfono móvil robado. Los operadores suspenden rápidamente la línea telefónica para evitar que los ladrones hicieran consumos desproporcionados al pobre afectado, pero el propio terminal podría ser revendido y reutilizado. Lo único que cabía hacer era bloquear (si era posible) el móvil con el código PUK.
Ahora, y tras la presión de la policía y los organismos reguladores, los principales proveedores de telefonía móvil de EEUU acordaron crear una base de datos de teléfonos móviles robados, incluyendo el número IMEI (identificador internacional del equipo móvil). Este número se transmite a la red móvil cuando el teléfono se conecta y permanece con el teléfono sin importar la tarjeta SIM que se inserte. En teoría, una vez añadido a la lista, el teléfono no puede ser activado en cualquier red de Estados Unidos.
Pero el sistema no es perfecto. Para que funcione, los usuarios de teléfonos deben notificar a su compañía del robo y, en algunos casos, proporcionar el IMEI ellos mismos. También hay limitaciones en cuanto a su alcance.
Así que, por ahora, lo mejor que puede hacerse es educar a los usuarios sobre la necesidad de bloquear sus teléfonos con una contraseña, utilizar el bloqueo de pantalla e instalar un software que pueda rastrear o paralizar un teléfono robado a distancia.
Prestar atención a lo que nos rodea, no al móvil
"Si tiene que hablar por su teléfono, le pedimos que se pare, con la espalda apoyada en un edificio, hasta que termine de hacer su llamada o escribir su texto. Además, hay que estar siempre consciente de lo que está sucediendo a su alrededor”, explicó el agente Dennis Toomer, del Departamento de Policía de San Francisco.
Este policía añade que la mayoría de los robos se producen porque la gente está enviando mensajes de texto o hablando por teléfono mientras camina y no prestan atención a lo que les rodea. "De día o de noche, siempre hay que estar al tanto de lo que está sucediendo a su alrededor", concluye.
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