"Cazamos donde podemos, levantando las piedras y buscando en el desierto si hace falta". José Rosell tiene una empresa de 450 trabajadores y le cuesta encontrar empleados. Se dedica a la ciberseguridad, una profesión con mucha demanda, poca oferta y menos paro.
Salvaguardar la seguridad en internet es una necesidad relativamente nueva que ha sufrido una explosión en los últimos años, avivada por la pandemia. Un nicho de empleo donde se rifan a los profesionales, los "pescan" desde el extranjero y en el que las universidades se van poniendo poco a poco las pilas.
El fenómeno traducido en datos apuntala lo que perciben empresarios, profesores y trabajadores. Según el estudio de 2020 de referencia en este campo, el del consorcio estadounidense ISC, en España hay actualmente alrededor de 29.000 profesionales en ciberseguridad, pero se necesitan cuatro veces más, 122.000.