Un escándalo de gran envergadura ha salpicado a numerosos periodistas de videjuegos de Estados Unidos, pertenecientes a medios tan populares y reconocidos como Polygon, Ars Technica y Kotaku.

Al parecer estos periodistas para comunicarse entre ellos, algo que sería totalmente normal de no ser porque precisamente a través de esa vía se coordinan para decidir de qué videojuegos tienen que hablar y de cuales no, e incluso la actitud que deben mantener frente a determinados lanzamientos, títulos y eventos.

Esta conducta es más propia de una mafia que de un periodismo libre, pero eso eso no es todo, ya que incluso uno de los periodistas de Kotaku mantuvo relaciones sexuales con Zoe Quinn, desarrolladora del juego Depression Quest, quien ya la había mencionado en un artículo anteriormente con la publicidad y el beneficio que eso conllevaba para ella.

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