En un esfuerzo por conciliar la protección de la seguridad y los intereses nacionales de Estados Unidos con el derecho a la privacidad de los ciudadanos, Barack Obama anunció este viernes una reforma del espionaje norteamericano que incluye la progresiva eliminación del programa de almacenamiento masivo de datos telefónicos y la prohibición de la vigilancia de las comunicaciones de los jefes de Estado y de Gobierno de países amigos y aliados.
Como respuesta al escándalo provocado por las revelaciones de Edward Snowden, Obama ha ordenado la revisión de los actuales métodos de recopilación de información por parte de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) con el fin de garantizar un mayor control judicial y reducir los riesgos de un uso inapropiado de una actividad que debe estar exclusivamente dedicada a la persecución de los enemigos y la prevención de las amenazas ciertas de un ataque terrorista.
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