¿Y si alguien hubiese estado compartiendo tu vida en Internet, a golpe de instantánea, desde que estabas en el vientre materno? Lo más seguro es que no te hiciese ni pizca de gracia, pero son muchos los padres del siglo XXI que comienzan a construir las identidades digitales de sus hijos cuando publican la primera ecografía en las redes sociales. Y a partir de ese momento, se sucede toda una retahíla de imágenes con las que se narran casi al minuto cómo va progresando la criatura: la foto con el gorrito en la cuna del hospital, la llegada al hogar familiar, el primer bibe, la primera papilla, los primeros pasos, el primer día de colegio?
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