Cuando se produjo el lanzamiento de los procesadores Ryzen 1000 uno de los aspectos más interesantes fue el hecho de que todos los modelos tenían el multiplicador desbloqueado, lo que significa que se podían overclockear fácilmente, un enfoque que se ha mantenido en los Ryzen 2000 y Ryzen 3000, aunque ha perdido prácticamente todo su valor en estos últimos.
La arquitectura MCM que utiliza AMD en sus Ryzen serie 1000, 2000 y 3000 se caracteriza por facilitar el desarrollo de procesadores multinúcleo potentes y económicos, pero tiene como contrapartida unas frecuencias de trabajo y una capacidad de overclock inferior si comparamos directamente con los procesadores Core de Intel, que utilizan una arquitectura de núcleo monolítico.
No es necesario entrar en comparativas complejas para darnos cuenta. Por ejemplo, el Core i9 9900K tiene 8 núcleos y 16 hilos y puede alcanzar con overclock los 5 GHz sin esfuerzo, mientras que el Ryzen 7 3700X, que tiene también 8 núcleos y 16 hilos, llega en el mejor de los casos a los 4,3 GHz. La diferencia es, como vemos, de 700 MHz por núcleo.
A pesar de esa diferencia de frecuencias y de capacidad de overclock los procesadores Ryzen 3000 ofrecen un valor muy sólido gracias a su alto IPC, su elevado conteo de núcleos y su precio. Son un valor redondo, de eso no hay duda alguna, ¿pero vale la pena overclockear un Ryzen 3000? Es una buena pregunta, y en este artículo os vamos a ayudar a resolverla.
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