El físico teórico británico Peter Higgs y el belga François Englert, que formularon la existencia de la partícula subatómica en el origen de la masa de otras partículas y el Centro Europeo de Física de Partículas (CERN), que confirmó su existencia el pasado año, han obtenido el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica. "El descubrimiento del bosón de Higgs constituye un ejemplo emblemático de cómo Europa ha liderado un esfuerzo colectivo para resolver uno de los enigmas más profundos de la física", ha señalado el jurado en el fallo, dado a conocer este mediodía en Oviedo.
Englert por una parte, junto al físico belga Robert Brout -ya fallecido-, y Higgs, por la suya, predijeron en 1964 al mismo tiempo y de manera independiente la existencia del que se ha popularizado como bosón de Higgs, la partícula con la que interactúan otras que hace que, en ese mecanismo, "adquieran" una masa determinada. Casi 50 años después, el Centro Europeo de Física de Partículas (CERN) anunció en julio pasado la confirmación experimental de que el bosón existe.
El jurado ha incidido en que "los trabajos pioneros" de Higgs, y de Englert y Brout (este último fallecido en el año 2011), establecieron la base teórica de la existencia del llamado bosón de Higgs, la partícula que "completa el Modelo Estándar, que describe los componentes fundamentales de la naturaleza, y es responsable de que ciertas partículas elementales posean masa".
"Durante casi medio siglo, los esfuerzos para hallar el bosón de Higgs resultaron infructuosos debido a las enormes dificultades experimentales que conlleva su detección precisa e inequívoca", destaca el acta del jurado, en el que se califica de "hito histórico" que pudiese ser identificado el pasado año por los detectores Atlas y CMS del acelerador de partículas LHC del CERN, un hito histórico para toda la comunidad científica.
El 4 de julio pasado, medio siglo después de haberse conjeturado su existencia, se descubrió la partícula de Higgs. El hallazgo fue realmente importante: desde ese momento se conoció un poco mejor cómo funciona el universo. Hizo falta construir el más potente acelerador de partículas, el LHC, dos colosales detectores y el trabajo y entusiasmo de miles de físicos e ingenieros de todo el mundo volcados en la investigación. El Higgs, dicho de modo muy sencillo, ayuda a explicar por qué existe la masa de las partículas elementales. Si el electrón, por ejemplo, no tuviera masa no se formarían los átomos y sin átomos no existirían ni estrellas, ni planetas ni personas.
Los científicos que trabajan con el gran acelerador de partículas LHC anunciaron el descubrimiento en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), junto a Ginebra. “Hemos alcanzado un hito en nuestra comprensión de la naturaleza”, afirmó el director del CERN, Rolf Heuer. Ese día, Peter Higgs, veterano físico teórico de 83 años, que en los años sesenta, basándose en trabajos previos, propuso esta teoría para explicar el origen de la masa y en cuyo honor se llama la partícula, estaba en el auditorio del CERN y fue cariñosamente vitoreado. “Estoy extraordinariamente impresionado por lo que ustedes han logrado. Mis felicitaciones a todos los implicados en este increíble logro, y es una felicidad haberlo vivido”, dijo. Citó a los colegas que colaboraron en aquella teoría de hace casi 50 años y cedió todo protagonismo a los físicos del LHC que han hecho ahora el descubrimiento.
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