Estamos viviendo una auténtica fiebre de compra de máquinas de ozono para combatir el coronavirus, sobre todo a raíz de la reapertura de tiendas y restaurantes que aspiran a ofrecer las máximas condiciones de seguridad a sus clientes, así como concesionarios y talleres de coches, peluquerías, centros de estética, naves industriales y almacenes.
El pasado 27 de abril, además, el Ministerio de Sanidad incluía las máquinas de ozono entre su lista de productos biocidas para la desinfección del COVID-19 permitidos eventualmente para comercializarse. Pero ¿son eficaces?