Microsoft libera una actualización de Windows 10 aproximadamente cada seis meses, lo que nos deja un plan que actualmente implica el lanzamiento de dos actualizaciones de primer nivel cada año.
Dicha estrategia se centra en las actualizaciones que integran mejoras a nivel funcional y nuevas características, es decir no debemos confundirnos con los parches de seguridad que el gigante de Redmond libera cada semana y que tienen como objetivo corregir errores y mejorar la seguridad.
Al mismo tiempo cada actualización de Windows 10 amplía el soporte general del sistema operativo, consecuencia directa del nuevo modelo que ha adoptado Microsoft y que supone que éste deja de ser un producto y pasa a convertirse en un servicio.
Puede parecer que es un enfoque acertado pero lo cierto es que no todo el mundo está preparado para recibir una nueva actualización de primer cada seis meses.
Los analistas han hecho referencia directa al sector profesional y al poco margen que éste tiene para valorar y resolver todas las cuestiones de compatibilidad que puede traer una actualización, y han comentado que Microsoft debería cambiar su enfoque actual.
Como dijimos Microsoft ofrece dos grandes actualizaciones cada año y un soporte limitado, un modelo que según los expertos debería replantearse de la siguiente manera; una gran actualización al año que de verdad atraiga al usuario y un soporte mínimo de dos años para cada una de esas actualizaciones.
Desde luego la sugerencia resulta sensata y no sería especialmente compleja de poner en práctica, sobre todo teniendo en cuenta que Microsoft ofrece 18 meses de soporte a cada nueva actualización.
https://www.muycomputer.com/2017/11/24/ritmo-actualizacion-windows-10/