Hace unos años las operaciones bancarias exigían toda una liturgia. Para cobrar un cheque, por ejemplo, era necesario desplazarse a la oficina bancaria, hacer cola y esperar a que el empleado lo validara y abonara el importe. Con el tiempo los trámites se han ido reduciendo y, en breve, bastará con echar un vistazo al talón para ingresar el dinero. Esa es una de las operaciones que permite realizar la aplicación que Banco Sabadell ha diseñado para las gafas de Google Glass, y que permitirá desde buscar la oficina más cercana de la entidad hasta formular consultas con un asesor las 24 horas del día.
Ahora solo un número limitado de desarrolladores dispone de momento de las gafas de Google. Uno de ellos es Julián Beltrán. Ok, glass es la frase que más veces repite este emprendedor murciano, que dirige la empresa Droiders. Es la orden que permite que el accesorio se active y despliegue todas las opciones que tiene el usuario. Beltrán ha desarrollado la primera aplicación para Google Glass del Sabadell, un paquete de servicios que el banco quiere tener a punto para cuando las gafas salgan al mercado, previsiblemente el año que viene. “Se está barajando que la tecnología podría empezar a venderse en 2014, de modo que para entonces el banco debe estar ya preparado. El objetivo es interactuar de la forma más natural con los clientes", asegura el director de Canales e Innovación del Sabadell, Pol Navarro. Las oficinas bancarias siguen siendo el primer canal de relación entre la entidad y el cliente, pero cuatro de cada diez clientes tienen el móvil como canal de relación.
El uso de las gafas requiere que estén conectadas a un móvil, que es donde se instalará la aplicación. Enseguida aparece el menú de opciones. La función más llamativa es la de la videollamada con el servicio de atención al cliente las 24 horas, al que hasta ahora se accedía mediante teléfono, correo electrónico o redes sociales. El cliente puede ver a su asesor a través de la minúscula lente de las gafas, aunque el efecto es que está a 0,74 centímetros de distancia. Pero no solo permite poner cara a la voz del otro lado del teléfono, sino que el asesor puede seguir en todo momento lo que ve el cliente en tiempo real, delante de una terminal o del ordenador. Si un cliente se haya apurado en un cajero, el operador que está al otro lado puede ver cuál es el paso erróneo y rectificarle la operación. O si se está repasando los movimientos del mes, el operador puede ir indicando al cliente dónde debe fijarse.
La aplicación también permite obtener un listado de las oficinas de la entidad y cajeros más cercanos y, a continuación, seleccionar cualquiera de ellas para obtener la ruta más rápida mediante el sistema de geolocalización del GPS. La pantalla indica, además, el tiempo que separa al cliente de la sucursal a la que se dirige e informa del estado del tráfico en directo. El menú se completa con otras funciones clásicas: otro Ok Glass y una orden más permiten al cliente de la entidad consultar el estado de las cuentas y los movimientos de las últimas horas.
Algunas funciones como Instant-check anticipan que incluso las funciones más tradicionales podrán realizarse sin necesidad de acudir a la oficina. El cliente del Sabadell ahora ya puede cobrar el importe de un cheque tomándole una fotografía. La opción permite indicar la cantidad a ingresar mediante la voz y luego fotografiar el talón –ordenándoselo también a Glass—. La entidad verificará entonces el importe y en letras de color amarillo se informará al cliente de los pasos que debe dar para mandar la imagen que ha tomado al servicio de Reconocimiento Óptico de Caracteres del banco.
La entidad está desarrollando nuevas funciones para su aplicación. Por ejemplo, la opción instant money, que consiste en que una persona manda dinero a otra mediante el teléfono móvil. El receptor solo debe ir al cajero más próximo, introducir su número de móvil y un código y retirar la cantidad. Todo eso se podrá realizar mediante voz en lo que será algo parecido como un primer paso para “hablar al cajero automático”. El único problema que planteará Google Glass, según Beltrán, es que la aplicación deberá incluir algún tipo de mensaje advirtiendo que lo que pueda estar mirando ese momento puede ser visto por terceros.
“Tenemos la información preparada para que pueda ser explotada por terceros”, afirma Navarro. Se trata, añade, de un outsourcing de ideas para “incrementar el ritmo de innovación” con nuevos recursos que puedan realizar emprendedores que incluso podrán ser financiados y acompañados por el banco.
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