Usar hojas de cálculo es un sistema cómodo y flexible para manejar y consultar datos; un usuario de Microsoft Excel o de Google Spreadsheets es libre de combinar celdas, darle formato a las tablas o añadir comentarios a su contenido.
Pero la flexibilidad es un arma de doble filo, que viene acompañada de una mayor inconsistencia de los datos. Eso significa que existe una mayor probabilidad, por ejemplo, de realizar cambios accidentales en los datos y de que el tipo de dato (númerico, textual, etc) de una celda no sea el esperado.
Además, a partir de cierta cantidad de datos, las hojas de cálculo tienden a volverse inmanejables por su lentitud: teóricamente Excel es capaz de soportar hasta un millón de filas, pero las múltiples pestañas, tablas dinámicas y fórmulas acaban mucho antes con su aguante y con nuestra paciencia.
Sin embargo, las distintas tecnologías de bases de datos relacionales (con SQL, la más usada, a la cabeza) están pensadas precisamente para esta tarea, siendo más rápidas en su uso y más seguras a la hora de manejar los datos.
LEER MAS: https://www.genbeta.com/herramientas/seis-mejores-herramientas-gratuitas-para-convertir-archivos-excel-bases-datos-sql