Las actualizaciones del sistema operativo Windows 10, las que llegan en forma de parche, suele servir para resolver problemas de seguridad o de rendimiento. La última actualización de Windows 10, el parche KB4482887 con el que arrancó el mes de marzo, tenía este objetivo pero está provocando problemas. Ya han sido reconocidos por Microsoft de forma oficial, y afectan al rendimiento de los videojuegos, aunque no en todos los casos ni tampoco en la misma medida.
Esta última actualización KB4482887, el parche más reciente de Windows 10, está provocando problemas de rendimiento asociados con el ratón del ordenador en algunos casos, y el rendimiento de videojuegos en otros tantos. Además, también hay usuarios de que han alertado sobre problemas generales con los gráficos en diversos títulos. Y aunque Microsoft no ha especificado el origen del problema, o más bien el porqué, ni cuál es el tipo de videojuegos que se ve afectado, sí que ha reconocido estos problemas de rendimiento. De momento los problemas no se han resuelto y la solución es desinstalar el parche hasta que Microsoft tenga una solución oficial para el problema.
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