Valoraciones desmedidas, como la de la red social, y el entusiasmo frenético por invertir en las nuevas compañías tecnológicas desatan el miedo a repetir los errores de los noventa
Esta semana Facebook, la red social con 500 millones de usuarios, confirmó su status de gigante empresarial. Al invertir el banco estadounidense Goldman Sachs y una compañía rusa 500 millones en la compañía, esta se valora en nada menos que 50.000 millones de dólares (37.000 millones de euros). La operación ha convertido la red creada por Mark Zuckerberg en una de las mayores empresas mundiales, por delante de Time Warner y Yahoo!, y sobre todo ha vuelto a plantear la posibilidad de una nueva burbuja tecnológica como la que estalló hace diez años.
Los rumores sobre una nueva burbuja comenzaron hace unos meses, cuando se empezó a hablar de valoraciones disparatadas y del entusiasmo frenético por invertir en start-ups (empresas tecnológicas de nueva creación). Un informe del gurú del capital riesgo de Nueva York, Fred Wilson, advirtió contra la exuberancia desmedida de esas aventuras. "Estoy viendo muchas operaciones exageradas", decía.
El mercado está en plena explosión. Microsoft acaba de anunciar en la feria electrónica de Las Vegas que va a centrarse en productos con procesadores ARM (y desligarse de hecho de su acuerdo con Intel) para adaptarse al creciente mercado de las tabletas tipo Ipad. La distribución de contenidos cinematográficos en streaming empieza a consolidarse con páginas web como Netflix. Los smartphones todavía tienen muchas aplicaciones por delante. Apple es ahora la segunda empresa de mayor valor bursátil del mundo, sólo por detrás de la petrolera Exxon Mobil. "Si a esto se suma el dinero fácil que alimenta la política de la Reserva Federal y que todo el mundo busca buenas noticias para salir de la crisis, las condiciones son idóneas para crear una burbuja, aunque todavía no hemos llegado a ese punto", dice Frank Machin, analista de TechMarkets.Al contrario de sus predecesoras, las nuevas compañías no tienen prisa por salir a bolsa. Prefieren recurrir a fondos de inversión, como han hecho Facebook y Groupon. A principios de diciembre, Google trató de comprar, sin éxito, el portal de descuentos por 6.000 millones de dólares. Groupon es la nueva estrella de internet y su joven creador, Andrew Mason, ha sido portada de Forbes como lo fueron en su momento Steve Case (AOL) o Sean Parker (Napster). En diciembre de 2008, tenía 400 suscriptores; ahora tiene 44 millones.
"Comparado con los noventa, cuando todo el mundo salía a bolsa lo antes posible, el marco regulatorio y el peso de los fondos de capital riesgo hacen que sea más peligroso salir en bolsa sin un colchón sólido de capital", dice Andreessen Horowitz, director de una firma de inversiones. Pero este tipo de financiación tiene sus límites. La SEC (Securities Exchange Comission), el órgano regulador de la bolsa, está investigando si Facebook y otras compañías que han recibido recientemente inyecciones de capital privado no quebrantan la regla según la cual una firma con 500 accionistas o más debe salir a bolsa y divulgar su información financiera.
Las puntocom no podrán seguir mucho más tiempo apartadas del mercado. Los expertos predicen salidas a bolsa este año. Linkedin, Zynga o Groupon se lo plantean. Los inversores han aprendido la lección. "En los noventa, las compañías podían recibir 200 millones de golpe, cinco veces lo que ahora, y eso acabó hundiendo la industria", dice Roger Ehrenberg, fundador del fondo IA Ventures.
FUENTE :http://www.publico.es/dinero/355266/la-escalada-de-facebook-hace-temer-otra-burbuja-com