Surface RT no ha conseguido lo que Microsoft esperaba de ella. No es un mal producto, pero sus problemas, el mercado y la competencia evitaron que triunfase.
Hace unos días, Microsoft rebajó el precio de la versión RT de su tableta, lo que parecía confirmar que las ventas de Surface RT eran peores de lo que esperaba la compañía. Poco después tuvimos la primera confirmación 'oficial', ya que en los resultados de la empresa se reflejaban las pérdidas que había supuesto el dispositivo a la firma. Finalmente, el propio Steve Ballmer reconoció que habían fabricado más terminales de los que podían vender, aunque lo hizo en privado. Pero, ¿qué ha fallado?
Sin ser ninguna maravilla, Surface RT no es un mal producto. Si se tiene claro para qué sirve y para qué no, resulta una opción interesante. El problema es que mucha gente todavía no lo tiene claro. En el momento de su lanzamiento partía de los 499 dólares (479 euros en España), y eso es mucho dinero por un dispositivo que no se sabe lo que hace.
Además, esto la situaba al mismo nivel que muchos de los productos de la competencia, pero con una diferencia: estos sí utilizaban la versión completa de Windows 8. La duración de su batería era peor, su resolución no podía competir con la de Surface y ni siquiera se podían utilizar como tableta, pero no estaban tan limitadas. Windows RT mató a Surface RT.
Probablemente éste sea el principal motivo por el que nunca despegaron las ventas de Surface RT. La imposibilidad de instalar programas en el modo escritorio y la escasez de aplicaciones en la tienda de Microsoft (que tenía muchos otros problemas) hacen que Surface esté más mucho limitada de lo que estaría por hardware. Sirve para mucho, pero se puede usar para poco.
Lo peor es que no había que irse muy lejos para encontrar un dispositivo similar que fuese capaz de hacer lo que RT no podía. Surface Pro es más cara que su hermana menor, pero también mucho más potente y completa. A pesar de que las dos tabletas se anunciaron al mismo tiempo, la versión más reducida llegó al mercado con varios meses de antelación. Esto, sin duda, influyó en las ventas de Surface RT, pues los usuarios preferían esperar a que llegase Pro para, al menos, comparar.
Además, esto fue más sangrante en el mercado español (entre otros), pues llegó a ellos casi al mismo tiempo que se ponía a la venta Surface Pro en Estados Unidos. En México el retraso fue de 7 meses, cuando ya era prácticamente un producto viejo, al menos para los estándares actuales.
Por lo tanto, son varios los factores que influyeron en el fracaso de Surface RT, pero se pueden resumir en que llegó demasiado pronto a un mercado al que no podía llegar más tarde y en el que tal vez nunca tuvo sitio.
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