La viralidad, lograr que los contenidos lleguen a miles de personas a través de la Red, es una obsesión que desborda los medios de comunicación y alcanza también a marcas, personalidades y empresas. ¿Existe una fórmula para que una noticia o un tuit se convierta en masivo? “Subir un vídeo a Youtube que tenga millones de visitas es más difícil que ganar la lotería”, responde Delia Rodríguez, periodista del Huffington Post. Sin embargo, tenemos algunas pistas de qué es aquello que más se comparte: lo que más toca los sentidos (emociona, indigna o sorprende), y aquello que nos hace pensar en los otros, es decir, nos da gana de enviárselo a nuestros amigos. Estas son algunas de las ideas que se escucharon este jueves en el congreso iRedes.
Uno de los fenómenos que facilitan esta viralidad son los influencers. “Pueden ser periodistas, blogueros y otro tipo de personas capaces de hacer que la información sobre un tema concreto se propague muy rápidamente”, explica Arnaud Roy, de Augure Spain, un software para la gestión de la comunicación. “Son esos usuarios los que crean la viralidad y hacia los que se dirigen la mayoría de las empresas”, añadió. En su opinión, tiene mucho más valor un mensaje que procede de uno de estos emisores, que por regla general tienen una gran credibilidad, antes que un tuit o espacio patrocinado.
El peligro es conseguir llegar a mucha gente con un contenido de baja calidad. “Estamos alimentando la dictadura de la página vista. Si el contenido es bueno, triunfará”, señaló Pablo Herreros, autor de El poder de las personas. Para Herreros, “la viralidad, por sí sola, no vale, hay que ser buena gente o buena empresa, es más rentable”, ya que “en un país devastado en lo económico, se puede sobresalir con la ética”. Este internauta es un ejemplo de esta búsqueda de la ética: él mismo puso en marcha una campaña para que los anunciantes quitaran la publicidad de La Noria, en Telecinco, por entrevistar al familiar de un asesino de Marta del Castillo. Roy terció, “muchos medios se basan en el SEO para ser trending topic, pero hacen contenidos de poca calidad. Eso se debe a la dictadura de Google”.
Según Rodríguez, “cualquier estrategia de comunicación en las redes sociales debe ir dirigida a ser lo que se es”. En lo que se refiere a lo que puede llegar a más gente, “lo importante es la emoción. Puede pasar con la indignación, pero también con lo deprimente, lo excesivamente alegre…. Puede ser positiva o negativa, pero intensa”. En palabras de la periodista, “lo viral tiene que hacernos pensar en los otros. Es decir, leo algo que me indigna o me gusta tanto que se lo tengo que pasar a los otros”. Rodríguez añadió que el tráfico procedente de las redes sociales cada vez es más importante, por lo que los periodistas “hemos pasado de trabajar para Google a trabajar para Twitter y Facebook, es decir, para que la gente lo comparta a sus amigos”.
En esta primera jornada del IV Congreso Iberoamericano de redes sociales pudo verse además una Charla entre dos creadores, el escritor Juan Gómez-Jurado y el cineasta Rodrigo Cortés. “Yo comencé en Twitter como herramienta publicitaria para Buried, pero en 15 días se convirtió en una herramienta creativa más, como quien tiene una viñeta en un periódico”, comentó el director de cine. Para Gómez-Jurado, que acaba de escribir El paciente, “lo más bonito de Twitter es que puede servir para lo que tú quieras, y hay tantas opciones como personas”.
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