El precio de los smartphones lleva años experimentando una clara tendencia al alza. Las subidas que ha experimentado el sector se han dejado notar sobre todo en lo que conocemos como gama alta, una nivel que a día de hoy se ha convertido en uno de los más lucrativos.

La gran competencia que han traído al mercado de gama baja y gama media los principales vendedores chinos ha tenido mucho que ver en esa creciente apuesta de las grandes marcas por la gama alta, ¿pero está justificado ese gran aumento de precio que han vivido los smartphones? Si nos ponemos estrictos la respuesta es un no rotundo.

Para entenderlo mejor vamos a poner un ejemplo concreto, el OnePlus One. Este smartphone llegó al mercado en 2014 y se presentó como un auténtico tope de gama. Estaba fabricado en policarbonato y tenía un acabado sencillo, pero contaba con unas especificaciones de hardware de primer nivel y su precio era de 250 euros.

Pues bien, su sucesor en 2018, el OnePlus 6T, tiene un precio de 549 euros. Este terminal es también un tope de gama, está terminado en metal y cristal, tiene lector de huellas dactilares y un hardware claramente superior, pero cuesta más del doble que aquél.

Si hacemos una valoración simplificada podemos sacar en claro que el precio de los smartphones tope de gama se ha inflado de forma sostenida para mantener un alto nivel de ingresos a pesar del estancamiento que han experimentado las ventas. En este sentido Apple ha sido “la reína”, ya que ha batido récords con el precio del iPhone X (1.159 euros) y del iPhone XS Max (1.259 euros).

Sin embargo, la situación se está volviendo insostenible. Los ciclos de renovación cada vez son más largos y la falta de innovación desmotiva a los consumidores, que deciden alargar cada vez más la vida útil de sus smartphones. Ni siquiera Apple es inmune a esta realidad como vimos en este artículo, una situación que además explica por qué la empresa ha decidido dejar de ofrecer números totales de unidades vendidas en sus próximos resultados financieros.

Algunos expertos creen que la llegada de los smartphones flexibles no será suficiente para contrarrestar la caída del mercado smartphone, y que la única opción realmente efectiva pasa por reducir el precio de venta sin que el valor y las prestaciones de los dispositivos se vean afectadas.

¿Se cumplirá esta previsión o acabaremos viendo una nueva subida en el precio de los smarpthones para seguir compensando la caída en ventas? Por desgracia lo segundo parece más probable.

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