¿Estás harto de ver publicaciones estúpidas en Facebook? ¿No quieres que te vuelvan a etiquetar en una foto con corazones sacada de un Power Point que se creó en las oficinas del infierno? ¿Has dejado los dulces porque te recuerdan a las solicitudes de Candy Crush? Respira. Hay una solución muy sencilla: dejar Facebook.
Ojo, porque es sencilla en la práctica, pero Mark Zuckerberg no nos lo pone fácil del todo. Y también hay que tener en cuenta que esto requiere fuerza de voluntad y que no hay parches de nicotina que quiten el mono de megustas en las fotos del verano o los estados ingeniosos.
Para empezar, hay que tener claras las opciones. Por un lado está desactivar la cuenta, que es exactamente lo mismo que desactivar una bomba (sin cuenta atrás y cables azules y rojos, eso sí): la has desactivado, sí, pero no te vas a poner a hacer malabares con ella porque todavía puede explotar. Con esto ocurre lo mismo. Según explica la red social, "esta opción te da la flexibilidad de marcharte y volver siempre que quieras". Si quieres llamar la atención en plan diva es tu opción, sin duda.
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