En los últimos años hemos sido testigos de cómo la impresión 3D se ha extendido a diversos ámbitos. En el área de la medicina veterinaria, por ejemplo, esta tecnología promete ser de gran ayuda sobre todo en lo referente a soluciones ortopédicas.
Hasta ahora, la impresión 3D ha servido para reconstruir la mandíbula de una tortuga marina, para salvar el caparazón de otra tortuga, reparar el pico de un tucán, construir una pata a un pato, entre muchas otras prestaciones.
Prontamente, esta tecnología también servirá para mejorar la calidad de vida de pequeños felinos que han sufrido traumatismo, teniendo como consecuencia alguna discapacidad o molestia al desplazarse.
Un ejemplo de estos avances lo podemos encontrar en Escocia, donde "Sprocket", un gato, fue atropellado por un auto y en dos meses fue atacado por un perro, dañando su pierna izquierda a tal grado, que parte de ella quedó inactiva, consigna Mashable.
Si bien hasta ahora no se sabe cuál será el futuro de este gato, su dueño, Fergus Fullarton Pegg, desarrolló una ortesis usando impresión 3D para corregir la deformidad y actuar como un aparato ortopédico temporal. Eso sí, tendrán que pasar un par de semanas para ver la evolución y si estos aparatos realmente ayudan a los felinos a recuperar algo de movilidad.
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