Cuando Max Kelly, el responsable principal de seguridad de Facebook, dejó la empresa de la red social en 2010 no fue a trabajar a Google, Twitter ni otra compañía similar de Silicon Valley. El hombre responsable de proteger la información personal de los más de mil millones de usuarios de Facebook contra ataques externos fue a otra institución gigantesca que procesa y analiza un inmenso volumen de datos: la Agencia Nacional de Seguridad (NSA).
El traslado de Kelly, que hasta ahora no se conocía, pone de relieve los lazos cada vez más profundos que existen entre Silicon Valley y la agencia de espionaje, y lo similares que son sus respectivas actividades. En ambos casos se buscan maneras de recopilar, analizar y utilizar enormes volúmenes de datos sobre millones de estadounidenses. La única diferencia es que la NSA lo hace para obtener información y Silicon Valley para ganar dinero.
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