Facebook presentaba Rosetta a finales de 2018 con la idea de entender mejor los millones de imágenes que se subían a la red social. El sistema es capaz de extraer texto y clasificar esas imágenes de forma autónoma, pero dichos avances —también usados en Google— se pueden aprovechar para fines preocupantes.
Por ejemplo, para averiguar y recolectar matrículas de coches de policía. Varios expertos han descubierto que toda esa información se puede extraer y filtrar, lo que puede representar una amenaza potencial para la privacidad de personas y entidades.