¿Alguien recuerda cuando, para saber lo que pasaba en una red social (MySpace, por aquello de la época), teníamos que acudir necesariamente a un ordenador? Corría el glorioso año 2006; entonces únicamente una selecta minoría poseía lo que hoy conocemos como un smartphone (Palm estaba apenas empezando a lanzar dispositivos con Windows Mobile, y Symbian triunfaba con dispositivos como el Nokia N70).
Saltemos en el tiempo hasta junio de 2007, cuando Apple presentó un dispositivo a todas luces revolucionario: el primer iPhone. Nos guste o no, debemos responsabilizar a aquel aparato y a su sistema operativo como el catalizador que hizo que, poco a poco, Internet se colara en todos y cada uno de nuestros bolsillos. Luego vino Android y remató la faena. Obviamente las redes sociales son parte de Internet, y precisamente este hecho hace que su futuro esté todavía más claro: los usuarios quieren crear, compartir y consumir desde cualquier lugar.
Las redes sociales como plataforma de comunicación
Hace años, como decía, la comunicación a distancia se reducía a la telefonía (móvil o fija), y a Internet, siempre mediante un ordenador. Dispositivos como el iPhone y, posteriormente, aplicaciones como WhatsApp han hecho que esta comunicación pase a ser, sobre todo, utilizando Internet directamente en nuestro bolsillo.
Las redes sociales, en gran medida, facilitan la comunicación entre usuarios. Y es obvio que gran parte de su futuro pasa por estar presente en nuestro bolsillo. Incluso en llegar a dominar nuestro teléfono móvil y la experiencia que tenemos al utilizarlo. Tan presente tienen este futuro las redes sociales que algunas incluso acaban convirtiéndose en nuestro proveedor de servicios telefónicos y de Internet móvil: tal es el caso de Tuenti, red social española que tiene su propio OMV.
Consumir contenido de las redes sociales: también desde todos lados
Facebook o Twitter, por poner dos ejemplos de red social, también son plataformas excelentes para compartir contenido. Nuestras fotografías, nuestras actualizaciones de estado, nuestros enlaces… Podemos publicar ahí lo que queramos que nuestros amigos y nuestros contactos vean, siempre que nos quieran seguir.
Y, por supuesto, ahora también podemos hacerlo desde nuestros teléfonos móviles, agregando una inmediatez jamás vista a nuestro contenido que, además, puede ser consumido al instante por nuestros seguidores (también desde sus respectivos smartphones).
De hecho, pongámonos en el rol del consumidor de contenido. Con nuestro smartphone, conectándonos a las redes sociales, podemos permanecer informados de lo que ocurre a nuestro alrededor, de lo que pasa por la cabeza de nuestros amigos y de lo que dice la gente que nos interesa, por poner algunos ejemplos. Tenemos para elegir muchas plataformas que permite hacerlo, y todas quieren ser la ideal, la mejor y la más utilizada.
¿Una red social como centro de nuestra experiencia móvil?
Después del lanzamiento de Facebook Home debemos plantearnos una cuestión más: ¿hasta qué punto es bueno que una red social sea nuestra forma principal de comunicarnos? Y con esto me refiero a que si debemos dejar que, en este caso Facebook, sea dueño y señor, no solo de nuestra cuenta y la información que contiene, sino también del modo en que consumimos contenido en cualquier lugar.
Para el proveedor, desde luego, es maravilloso. No solo controla cómo ofrece contenido al usuario, sino que sigue aprovechando para recoger información. Facebook Home hace que lo primero que veamos en nuestro teléfono sean las actualizaciones de nuestros contactos, ofrecidas por Facebook. También hace que lo primero que veamos pueda llegar a ser publicidad ofrecida por ellos, sobre lo cual ha reflexionado mi compañera María hace pocas horas.
No sé vosotros. Pero yo no soy especial partidario de ceder tanto de mi experiencia de usuario al utilizar un smartphone a un único proveedor que, tarde o temprano, puede llegar a desaparecer. De hecho, podemos extenderlo también al caso de Tuenti. Imaginemos un teléfono que integre esa red social al mismo nivel que Facebook Home y que esté optimizado para ser utilizado con Tuenti como operador móvil. Y luego imaginemos que Tuenti desaparece por cualquier razón: el teléfono queda prácticamente inservible.
No conviene jugarnos tanto a un único caballo. Puede llegar a romperse una pata o a guiarnos por camino equivocado.
FUENTE :http://www.genbeta.com/redes-sociales/el-futuro-de-las-redes-sociales-dominar-nuestro-bolsillo