Desde el próximo verano, cualquier pequeña empresa en Estados Unidos podrá recaudar centenares de miles de dólares en internet y cotizar en Wall Street con poca burocracia, aunque también con pocos controles. Una nueva ley pretende facilitar el crecimiento de las compañías emergentes, las llamadas 'start-ups'.
El presidente Barack Obama firma este jueves la legislación conocida como JOBS Act (de las siglas en inglés de 'Jumpstart Our Business Start-ups', "pongamos en marcha nuestras compañías emergentes") en una ceremonia especialmente inusual en los últimos meses. A ella está invitado el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Eric Cantor, con quien el presidente se enfrentó públicamente el verano pasado durante la negociación de los recortes presupuestarios. Esta legislación ha sido una exhibición de bipartidismo muy rara en Washington en los últimos dos años y se ha aprobado menos de cuatro meses después de su presentación en el Congreso. A partir de la firma, los reguladores tienen 90 días para empezar a aplicarla.
La ley supone que las empresas que ingresen hasta un máximo de 1.000 millones de dólares (unos 800 millones de euros) puedan buscar inversores en peticiones masivas en Internet a través de la microfinanciación colectiva. También permite a las compañías de este tamaño salir a Bolsa sin pasar los primeros cinco años por los requisitos más estrictos de publicación de datos y auditorías. No estarán obligadas a contratar a un auditor independiente y podrán negociar con la SEC (la Comisión del Mercado de Valores estadounidense) de manera privada. También pueden hacer publicidad en busca de inversores en cualquier medio.
¿Creará puestos de trabajo?
Sus defensores, como las empresas de tecnología, los bancos de inversión y los 'brokers', aseguran que la ley animará a la creación de puestos de trabajo con nuevas empresas más ricas sin tanto papeleo. Sus detractores, como la SEC, las asociaciones de consumidores o los jubilados, aseguran que los inversores estarán más desprotegidos ante el fraude porque no se aplicará la regulación creada tras los escándalos contables de Enron o WorldCom la década pasada.
Ponen como ejemplo a Groupon, una 'start-up' de comercio electrónico que en los últimos cinco meses ha perdido el 40% de su valor en Bolsa por irregularidades contables que sólo había tratado en privado con la SEC.
"JOBS, llamado así de manera orwelliana, no va de empleos. Va de deshacer las salvaguardias para el inversor existente en las leyes federales", se queja en un editorial 'The New York Times'. "Mientras no está claro que la legislación vaya a crear puestos de trabajo, sí generará más riesgos para los inversores y puede erosionar en último término la confianza de nuestros mercados de capital. La legislación desmantela muchas protecciones para inversores aprobadas por el Congreso hace una década", asegura la directora del 'lobby' Consejo de Inversores Institucionales, Ann Yerger.
Ante las críticas, el Congreso ha introducido algunas salvaguardias como que la microfinanciación en Internet se limite a cantidades por debajo de los 2.000 dólares (cerca de 1.600 euros) y que si la empresa consigue más de 500.000 dólares (unos 400.000 euros) pague por auditar sus cuentas. La empresa también tiene que presentar a la SEC en este caso algunos datos que no se pedían en la primera versión de la ley, pero los requisitos son muy básicos: el nombre de los directores de la empresa o de quienes tengan más del 20% de las acciones, una descripción del negocio y el estado de sus cuentas en general.
De Facebook a Pinterest
En Estados Unidos, la 'start-up' más valiosa es ahora Facebook; la última de moda, Pinterest. Pero, más allá del mundo digital, hay múltiples ejemplos de éxito, incluso de creación de empresas dentro de otras compañías, como el caso de la cadena Target, que nació como un proyecto dentro de unos grandes almacenes de Ohio.
Los defensores de JOBS insisten en que incluso el paraíso de las 'start-ups', las nuevas constituyen una parte cada vez más reducida de Wall Street. A mediados de los 90, más de 300 cotizaban cada año con ofertas de menos de 20 millones de euros; en esta década, apenas suelen a llegar a la decena. Pero, en gran parte, es por la experiencia de la burbuja de internet primero y por la crisis financiera después. En 2011, más del 60% de las nuevas empresas en Bolsa cotizaban al final del año por debajo del precio de su oferta inicial, según Dealogic, una consultora especializada en información bursátil. Aun así, en 2011, el número de 'start-ups' en Estados Unidos aumentó un 22%, según el último informe de Global Entrepreneurship Monitor (GEM).
En España, por cada diez personas en proceso de crear una empresa en 2011, poco más de la mitad empezaron operaciones (con salarios e ingresos) mientras que en Estados Unidos el número de los que intentan y de los que logran montar un negocio cada año es casi equivalente, según los datos de GEM. En 2011, los nuevos emprendedores españoles apenas representaron uno de cada cinco empresarios, la mitad del valor alcanzado en 2007 y por debajo de la media europea, que es uno de cada tres. El ratio de empresario nuevo por cada uno que cierra el negocio fue sólo del 0,85. En 2007, ese indicador era 4,5.
La mayoría de los nuevos empresarios españoles son hombres (el 60%) y tienen una edad media de 38 años. Las nuevas compañías están orientadas sobre todo al consumo, aunque las innovadoras y sin competencia ya representan un 16% frente al 10% de 2010. El informe destaca, en general, "la poca ambición" de los proyectos. El 70% de las nuevas empresas sólo dan empleo al emprendedor.
FUENTE :http://www.elmundo.es/elmundo/2012/04/04/navegante/1333560590.html