El fraude se cometía a kilómetros de distancia y empezaba en un cajero automático de, por ejemplo, Costa del Sol, en Málaga. Alguien sacaba dinero, sin saber que le estaban clonando la tarjeta, una operación conocida como skimming. Apenas unas horas después, con los datos obtenidos, se efectuaban retiros en Asia. Así operaba la red internacional que ha desarticulado la Policía Nacional, la Dirección de Crimen Organizado de Bulgaria y Europol al detener a 31 ciudadanos de origen búlgaro: 26 en su país y 5 en España. La banda —que manipulaba cajeros en cinco países europeos— actuó durante 10 meses en España, especialmente en Andalucía, donde ha cometido un "importantísimo" número de fraudes aún sin cuantificar.
El grupo estaba dirigido desde Bulgaria; concretamente, las ciudades de Sofía, Plovdid y Silistra. La organización tenía células que actuaban en España, Italia, Francia, Alemania y Turquía, y en países asiáticos, principalmente Filipinas. La investigación surgió tras el caso Ánade, en el que las autoridades desmantelaron —en febrero de 2014— a un grupo multidelictivo que operaba en todo el mundo; se dedicaba a los robos en domicilios, el tráfico de drogas y vehículos, la clonación de tarjetas y el uso fraudulento de medios de pago.
LEER MAS: http://politica.elpais.com/politica/2014/10/02/actualidad/1412238930_559236.html