La cada vez mayor presencia de Internet en nuestro día a día trae consigo un lado oscuro: las estafas, que van tomando cada vez más formas con el fin de obtener datos personales y bancarios de los usuarios. Son muchas las formas de actuar, pero fácilmente identificables. Te contamos cómo disfrutar de una conexión segura.
Hoy en día prácticamente parece inconcebible vivir sin Internet. La amenaza por parte de las grandes compañías relacionadas con la Red de cerrar durante un día sus servicios (incluidas Google o Facebook) como medida de protesta contra la polémica ley SOPA, llevaron a muchos a lanzar el grito de alarma sobre las terribles consecuencias que ello tendría. Una sensación de colapso que ejemplifica perfectamente hasta qué punto Internet se ha convertido en pieza clave en nuestros días.
En la Red solemos volcar gran parte de nuestros datos de alguna u otra manera: redes sociales, compras, reservas; actos que en muchos casos son un plato muy apetitoso para los llamados ciberdelincuentes, que intentan hacerse con la parte más jugosa de esos datos, número de cuenta como principal reclamo. Es por ello que, a pesar de ser algo obvio, es conveniente cada cierto tiempo repasar nuestros hábitos a la hora de acceder a Internet así como recordar una serie de pautas y precauciones con las que poder disfrutar de una conexión segura y eficaz. En ADSLzone te recordamos cuáles son los principales pasos a seguir.
En primer lugar, como bien dice el castizo refrán, más vale prevenir. Porque los primeros responsables de nuestra seguridad somos nosotros mismos, y una cuidadosa navegación es una de las mayores garantías frente a cualquier amenaza cibernética.
Una de estas amenazas más extendidas contra la seguridad vienen en forma de mails. Correos basura, pishing, publicidad engañosa, falsas alertas... El recital de mails con que actúan los ciberdelincuentes es verdaderamente amplio, por lo que una buena postura frente a nuestro correo es clave en este sentido.
El usuario responsable de su seguridad siempre analizará todos y cada uno de los mails que va recibiendo, antes incluso de abrirlos. Lógicamente, no es aconsejable acceder a los correos de remitentes desconocidos. También el asunto adjunto del mail nos puede dar algún indicio sobre las intenciones de su contenido en el caso en que el remitente sí sea conocido, ya que en muchas ocasiones los asuntos de mails malintencionados (remitidos desde cuentas saboteadas o fakes) no tienen nada que ver con los correos que dicho remitente suele enviar.
En caso de haber abierto algún mail con contenido fraudulento, éstos son también bastante identificables, ya que en su mayoría suelen proceder de dos maneras: bien invitándote a visitar una determinada web, bien (y no son incompatibles) urgiéndote a responder al mail, pidiéndote para ello determinados datos personales. Incluso pueden tomar forma de tu banco habitual o de otro conocido ofreciéndote algún tipo de oferta o necesidad de verificar tu cuenta, anunciando un posible cierre de la misma. Ten presente una cosa: ninguna institución te va a pedir nunca los datos de ningún tipo (mucho menos bancarios) a través de un correo electrónico.
Otro medio de estafa, y relacionado con esto último, es a través de web fraudulentas, donde cualquier usuario puede caer, y facilitar todo tipo de información a los ciberdelincuentes. Pero, tan fácil es entrar en una de ellas como lo es identificarlas. Obviamente, lo primero es no pinchar en el enlace de mails de dudosa procedencia, sobre todo si la dirección no concuerda con lo anunciado o está compuesto únicamente con números y no con palabras.
En otras ocasiones, el link puede parecer completamente correcto. Aquí hay que estar un poco más atentos, especialmente si solicitan la introducción de contraseñas o números de tarjetas. Para asegurarte de la honorabilidad de la página, deberás comprobar que la dirección comienza con las siglas https, siendo imprescindible esa letra S que indica seguridad frente a cualquier tipo de estafa.
Muy habituales suelen ser las páginas en las que te anuncian haber sido elegido para recibir cualquier tipo de productos. Obviamente, desecha de tu mente cualquier posibilidad de que sea cierto, ya que si acabas creyéndotelo, lo mejor que te puede ocurrir es que acabes comprando el determinado producto que, en principio, iba a ser de regalo. En el peor, se puede producir el robo de tus datos.
Otra forma muy habitual para la propagación de malware es a través de descargas, por lo que siempre has de tener muy en cuenta la procedencia del archivo, programa o aplicación que deseas instalar, desconfiando sobre todo de los que anuncian a todo bombo la palabra gratis. Las descargas gratuitas de programas son habituales, no hace falta anunciarlo. Si lo hacen, lo más probable es que contenga algún elemento malicioso que supongan, en los casos más leves, el recibo continuo de publicidad.
Otro punto clave para la seguridad de tus datos es nuestro hábito a la hora de establecer contraseñas. Algo de todos ya conocido pero que no está de más recordarlo; un paso esencial para mantener a salvo nuestras cuentas de correo o claves de acceso, donde se pueden guardar importantes datos de los que, a veces, no somos del todo conscientes. Para ello deberás elegir principalmente una combinación de letras, números y símbolos, intentando evitar cualquier frase o palabra lógica, sobre todo nombres propios o contraseñas similares al nombre del usuario. Recuerda: nadie te pedirá nunca tu contraseña fuera de la página correspondiente.
Lógicamente, siempre es recomendable, a pesar de seguir las anteriores pautas, que nuestros ordenadores, tabletas o smartphones cuenten con programas especializados en la seguridad en Internet. La variedad, como los tipos de estafa, son muy variados: antivirus, antitroyanos, firewalls, antirootkits, y así un largo etcétera. Para saber más al respecto, te aconsejamos que visites nuestro espacio dedicada a estos programas de seguridad dentro del portal Softzone.
FUENTE :http://www.adslzone.net/article8375-consejos-para-una-navegacion-segura-por-internet.html