Plug-ins innecesarios; extensiones prescindibles; gran almacenamiento de datos de navegación; base de datos de historiales o introducción de malware o spyware, son algunas de las causas de la lentitud de un navegador web.
Pasa como con el sistema operativo. Cuando lo instalas desde cero va fenomenal pero con el tiempo y la instalación de aplicaciones y juegos, se nota un retardo evidente en casi todas las acciones que obligan a realizar un mantenimiento.
Igual sucede con el navegador web, una de las aplicaciones que utilizamos a diario y cuyo funcionamiento te proponemos mejorar con una serie de consejos. Nos centramos en el Chrome de Google pero las medidas a tomar son extensibles a otros navegadores.
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