La ciberdelincuencia es cada vez más sofisticada y los delitos económicos que lleva aparejados -sobre todo, robo y blanqueo de capitales- encuentra desde hace años en la Red un campo ilimitado de posibilidades. El auge de las divisas virtuales plantean nuevos retos judiciales y policiales. Nos hemos preguntado: ¿Cómo se intervienen las cuentas de monedas virtuales? ¿Qué se hace con ellas, una vez se detiene al presunto delincuente? ¿Y qué pasa si éste al final resulta absuelto?
Para entender de qué hablamos, parece necesario volver a una definición de 'moneda virtual'. Y el Bitcoin es el ejemplo más conocido. No es una moneda de curso legal -no hay ninguna autoridad que tome decisiones sobre su emisión y control- pero sí puede funcionar como medio de pago. Y además es un medio de pago anónimo -en principio-, como el pago en efectivo.
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