Check Point, advierte de que el minado no autorizado de criptomonedas se ha cebado ya con “compañías europeas de agua”, “webs del gobierno del Reino Unido” y hasta “una planta nuclear rusa”.
El criptojacking es una amenaza cada vez más extendida, que afecta también a quienes no poseen criptomonedas.
Así lo advierte la firma de seguridad Check Point, que explica que los criptojackers ya “han afectado a compañías europeas de agua, a webs del gobierno del Reino Unido o a una planta nuclear rusa”, por ejemplo. Es decir, que atacan a todo objetivo que pueden.
“Los ataques de criptojacking surgieron por primera vez en 2011 como una amenaza relativamente insignificante al lado del ransomware o los troyanos bancarios. Sin embargo, cuando los valores de Bitcoin y Monero se dispararon a finales de 2017, este se volvió extremadamente lucrativo”, explica Check Point.
Se calcula que los mercados de Bitcoin y Monero mueven, respectivamente, más de 6.000 millones y 400 millones de euros anuales.
En el caso de las empresas, el malware de minado no autorizado de criptomonedas puede afectar de tres formas principales, según Check Point.
La primera consecuencia es el consumo de la potencia de sus servidores, limitando la disponibilidad de los servicios e incrementando el coste de la electricidad. Y también el incremento del alojamiento en la nube al producirse esa subida de potencia.
Por otro lado, existe el riesgo de que caiga la productividad de los empleados si los ordenadores o dispositivos móviles que utilizan para trabajar caen víctimas del criptojacking. ¿Por qué? Porque estos equipos se sobrecalentarán y ralentizarán.
Finalmente, es una amenaza que pone en peligro la propia reputación de la compañía. Esto sucede si la página web acaba infectada vía javascript y, a continuación, se perjudica la experiencia de los internautas o clientes que acceden a ella.
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