Start-ups de todo el mundo se preparan para la minería espacial
Misiones recientes han mostrado que se pueden extraer materiales de asteroides, aunque conlleve todavía un componente de riesgo e incertidumbre bastante alto.
Cien mil millones de dólares por cada habitante de la Tierra. Ése es el valor que la NASA calcula de todos los minerales almacenados en los asteroides del cinturón principal de nuestro Sistema Solar, entre las órbitas de Marte y Júpiter. Oro, platino, tungsteno, agua… Esos objetos han sido siempre muy estudiados por los científicos porque son restos de la formación de los planetas y las lunas alrededor del joven Sol, pero también ha habido quien ha visto en ellos la oportunidad de obtener minerales muy valiosos que en la Tierra son más escasos y difíciles de conseguir.
Desde hace ya unos años, varias start-ups están trabajando en la manera de enviar una nave a alguno de esos asteroides para extraer sus riquezas y llevarlas de vuelta a nuestro planeta. La tecnología puede estar a punto de conseguirlo, pero sigue habiendo riesgos y consideraciones legales que se deben tener en cuenta.
Quiénes quieren explotar los asteroides
En realidad, lo que hay es más un interés creciente que una “fiebre de asteroides”, movido por la creencia de que la minería de asteroides es el gran sector que queda por explotar en un planeta en el que se utilizan, y se agotan, todos sus recursos naturales. El astrónomo y divulgador Neil DeGrasse Tyson afirmaba en una entrevista en la cadena CNBC que “el primer trillonario de la historia será la persona que explote los recursos naturales en los asteroides”. Ya hay candidatos a ello.
Una de las primeras empresas que se fundó con el objetivo, precisamente, de dedicarse a la minería espacial es Planetary Resources, que no sólo pretende extraer minerales y combustible de esas enormes rocas, sino también agua. La compañía, de hecho, considera que el agua es el recurso más importante porque es la base sobre la que construir una exploración humana del espacio a gran escala. Ésta es de las empresas que, en el aspecto tecnológico, tiene sus planes más avanzados, habiendo lanzado al espacio varios pequeños satélites para probar su tecnología, pero es en la financiación donde está encontrándose con problemas que, según se informaba este verano, la han llevado a subastar parte del equipamiento de sus oficinas centrales.
Además de ella, recientemente se fundó en el Reino Unido Asteroid Mining Corporation, que está ahora mismo buscando inversores. Es la misma fase en la que se encuentran también las estadounidenses Aten Engineering y TransAstra Corporation. Ésta última está construyendo sus instalaciones para que sus ingenieros vayan desarrollando su propia tecnología.
En Luxemburgo, por su parte, se ofrecen facilidades para que se instalen allí start-ups dedicadas a este sector. En 2016, su gobierno aprobó dedicar unos 200 millones de euros de sus presupuestos para ofrecer financiación y subvenciones a esas empresas, confiando en que la minería de asteroides traerá al Gran Ducado los mismo beneficios que acarreó en los 80 ofrecer exenciones fiscales diversas a las empresas de satélites de comunicaciones.
Si hablamos de aspectos tecnológicos. uno de los lanzadores de SpaceX, el Falcon Heavy, ya se considera como una de las piezas de tecnología más importantes para que la minería de asteroides sea una realidad. ¿Cómo funcionaría una de estas misiones, realmente?
Grandes riesgos, grandes beneficios
Estas misiones han mostrado que se pueden extraer materiales de asteroides, aunque conlleve todavía un componente de riesgo e incertidumbre bastante alto, pero la promesa de grandes beneficios impulsa a estas empresas dispuestas a potenciar la exploración del espacio mientras ganan dinero.
Planetary Resources ha conseguido probar en el espacio, a través de dos nanosatélites, un par de tecnologías necesarias para el estudio de la composición de los asteroides, pero también se ha visto en problemas al no poder asegurar una nueva inyección de fondos a través de una multinacional minera. Y luego está el tema legal.
Los tratados internacionales aprobados desde 1967 sobre el uso del espacio prohíben que ninguna nación o particular reclamen derechos de propiedad sobre ningún objeto celeste, pero no se especifica nada acerca de la explotación de recursos no sólo en asteroides, sino en la misma Luna, de la que se ha hablado a menudo que el helio-3 presente en su superficie sería una solución para los problemas energéticos de la humanidad. ¿Qué pasaría si una empresa privada consiguiera aterrizar en un asteroide y extraer minerales?
A estos potenciales conflictos legales, y de soberanía nacional, habría que añadir las consecuencias que la extracción de minerales de asteroides podría tener para la economía mundial. Así lo apuntaba Wired al recoger una simulación que varios estudiantes de la Universidad de Tel Aviv habían hecho al respecto. De acuerdo con sus trabajos, el primer cargamento de metales procedente de un asteroide que volviera a la Tierra, con grandes cantidades de oro y platino, podría hacer caer el precio del oro en un 50%, y ocurría lo mismo con el resto de minerales extraídos en el espacio.
Todos estos riesgos y potenciales problemas palidecen ante la promesa de las riquezas que las empresas mineras obtendrían de su explotación. Si la producción anual de metales sin procesar en la Tierra alcanza los 660.000 millones de dólares anuales, los extraídos de asteroides se moverían en 700 quintillones. Esto es el equivalente a 100.000 millones de dólares por habitante del planeta. Sin embargo, por ahora, es un negocio que se encuentra más en la fase de desarrollo que en visos de convertirse en realidad a corto plazo.
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