Buf, me parecio muy bueno:
El fútbol es un deporte muy sencillo. Consiste en pegarle patadas a una pelota y meterla entre tres palos. El que más veces la meta, gana. Si no se mete, pues se empata o se pierde, pero siempre queda mal sabor de boca, tal vez porque la clave está en meterla, como en casi todo en la vida.
España inició el mundial como “favorita”, eso dicen. Saltó al campo, comenzó a jugar y se olvidó de lo fundamental, o sea, que la clave está en meterla.
Su juego bonito les deslumbró. Se maravillaron y extasiaron de su pase al primer toque, de su mimo al balón. Pero eso sucedía en el centro del campo. Y de ahí hacia atrás.
Si de Luis habían copiado la garra y la mala leche, de Del Bosque copiaron la parsimonia. Y así no se mete.
Yo, que no entiendo de fútbol como los que entienden, digo que el primer tiempo contra Suiza fue un puro bostezo que presagiaba catástrofe. No hay nada peor que auto complacerse, que creerse bueno, listo o genial. Bueno, peor es creerse favorito.
Luis lo dijo al final... “salieron creyéndose los favoritos”. Y los comentaristas de la tele se lo creían aún más, lo que les impedía ver la realidad, o sea, lo que pasó.
Decían que Suiza estaba acojonada. En realidad estaba plácidamente tranquila, porque en toda la primera parte España no creó ni una ocasión de peligro.
En el descanso, perdido el lógico respeto que inspiraba España, Suiza se atrevió a más. Y consiguió su fruto. Da igual cómo. Ahora ya da igual, porque el fruto se lo llevaron ellos.
España, y no sólo los jugadores, sino todos los españoles, no se lo creían.
Yo, que no entiendo de fútbol como los que entienden, ya lo había anunciado, dije que pasaría y pasó. No es que sea más listo, simplemente era lógico. Es lo que pasa en casos como el de ayer. Tenemos experiencia en ello.
El fútbol consiste en meter la bola entre los tres palos, pero para eso hay que, al menos, intentarlo. Todo lo demás no es fútbol.
Después del gol España, mientras Del Bosque jugaba con el bigote sin creérselo todavía, España sacó algo de la garra de Luis, pero no lo hizo con cabeza, no lo hizo con fútbol, sino recurriendo al sistema de los impotentes, es decir, colgar balones al área. La fórmula que nunca funciona. El recurso de los torpes.
Los comentaristas de la tele decían que cuando entrara el primero entrarían varios más. Pero no entró el primero. Sí pudo entrar el segundo de Suiza, porque Suiza sabía a qué jugaba. España no.
A pesar de todo, seguíamos oyendo que somos favoritos. Oé, oé, oé...
Yo, que a esas alturas ya había desconectado del partido, pensaba en la paranoia sembrada con el “somos favoritos” y la comparaba con la victoria franquista contra Rusia y el gol de Marcelino. Aquello fue exaltación del Régimen y esto terapia contra la crisis. Con lo cual el fútbol sigue siendo el opio del pueblo, que decía Stalin, sólo que cambiando religión por fútbol. Pero... ¿no es Maradona “Dios”? ¿Alguien oyó a alguien decir que Rouco era “Dios”? ¿O Benedicto, a pesar de su angelical sonrisa? Pues eso.
Pero, volviendo al deporte religión, perdón, al deporte rey, que nadie se suicide ni se deprima. España sigue siendo favorita, oé, oé, oé.
Tocamos el balón como nadie, lo acariciamos, lo movemos, lo sobamos y, como pasó ante Suiza, podemos llegar hasta el orgasmo colectivo y el consiguiente bajón posterior. Pero no la metemos. Corremos, pero sin meterla. ¿Lo pillan?
Otros, más torpes y menos estéticos, van y la meten de un empujón. A lo bruto.
Si yo fuera portería lo tendría claro, me quedaría con el brutote delantero suizo que me la metió con pasión, mejor que con el delicado Iniesta que me acarició pero nunca completó la faena.
Pero, claro, yo no entiendo de fútbol como los que entienden, aunque sigo pensando que el fútbol es meterla. Verán como gana el mundial el que más veces la meta.
Y para finalizar esta irreverente visión de lo que ayer les pasó a nuestros “dioses” balompédicos, pienso que a nuestra selección le falta un toque de erotismo, porque la vida, al fin y al cabo, está impregnada de erotismo, y el fútbol no podía ser menos.
El problema es que no veo yo a Del Bosque impartiendo estrategias eróticas en el vestuario. Posiblemente ya no recuerde que la clave está en meterla.
Pero bueno, lo dicho, somos favoritos, oé, oé, oé.
Eso es lo único importante ¿no?.
Fuente : http://www.revistafusion.com/201006171615/Mira-que-Guay/Mira-que-Guay/somos-favoritos-oe-oe-oe.htm