En ámbitos como la electrónica o las comunicaciones, resulta más práctico referirse a la frecuencia de una onda por varias razones fundamentales:

    Diseño intrínseco: Los dispositivos electrónicos se configuran para operar dentro de rangos de frecuencia específicos. Las especificaciones de diseño y los cálculos están generalmente más vinculados a la frecuencia que a la longitud de onda.

    Ancho de banda y modulación: La transmisión de información implica cambios en las propiedades de la onda portadora, expresados principalmente en términos de frecuencia. Conceptos esenciales, como el ancho de banda de un canal de comunicación, se definen en función de la frecuencia. Además, las técnicas de modulación, cruciales para la transmisión de datos, manipulan la frecuencia de la onda portadora.

    Transmisión y propagación: La propagación de ondas electromagnéticas, como las de radio o microondas, puede variar según la frecuencia al atravesar la atmósfera. La consideración de estos factores en el diseño de sistemas de comunicación se facilita al trabajar con frecuencias.

    Compatibilidad e interferencias: En entornos electromagnéticos compartidos por múltiples dispositivos o sistemas, la asignación cuidadosa de frecuencias es esencial para prevenir interferencias perjudiciales. Esto permite que diferentes servicios coexistan sin afectarse mutuamente.

En contraste, en contextos como la óptica y la física de las ondas electromagnéticas, especialmente al abordar fenómenos como la difracción o la interferencia, puede resultar más conveniente trabajar con longitudes de onda. Sin embargo, en el contexto de la electrónica y las comunicaciones, la frecuencia emerge como el parámetro más relevante y práctico.

Depende de que contexto lo estas usando. Por lo general en la electronica y en la ciencia de señales se usan los Hertz por que es mas convencional.


Pero por ejemplo cuando hablamos de laser, sus specs se describen en terminos de su longitud de onda.