La indignación y desconfianza del gobierno brasileño hacia los Estados Unidos va en aumento después de las últimas revelaciones, a través de documentos del ex agente Edward Snowden, de que la presidenta Dilma Rousseff fue espiada por la NSA, agencia nacional de seguridad estadounidense.
A raíz de estas informaciones, que vieron la luz el pasado domingo en el programa Fantástico de la televisión Globo, el ejecutivo brasileño ha decidido acelerar la construcción de un satélite geoestacionario que permita proteger el influjo de comunicaciones en el país, informó el diario local 'Estado de São Paulo'.
El proyecto, que ya estaba en marcha antes de dichas informaciones, permitirá una mayor seguridad e independencia por parte de Brasil puesto que, hoy en día, todas las comunicaciones telefónicas y de datos pasan por un satélite de la empresa brasileña de telecomunicaciones Embratel, privatizada en 1997 y controlada por la multinacional Claro cuyo propietario es el mexicano Carlos Slim. El gobierno quiere comprar dicho satélite y la tecnología para fabricarlo. Un dispositivo podría desconectar terminales no autorizados que se conectaran al satélite, impidiendo intromisiones como la de la NSA.
El gobierno todavía espera, por su parte, explicaciones convincentes por parte de los Estados Unidos. En junio, 'O Globo' desveló con documentos de Snowden que la NSA había interceptado millones de comunicaciones telefónicas y correos electrónicos de ciudadanos brasileños y, el pasado domingo, se demostró que la presidenta Dilma también fue espiada. La presidenta, que coincidirá con Obama el jueves en la cumbre del G20 en San Petesburgo, no se ha manifestado publicamente sobre el caso.
"Hay un interés en saber sobre el presal (petróleo extraído de las profundidades del Atlántico en Brasil) y otros asuntos comerciales", afirmó el Ministro de Comunicaciones Paulo Bernardo, que valoró como "lamentable" el nuevo episodio de espionaje sobre la presidenta, sobre el que no han recibido "ninguna explicación razonable" del gobierno estadounidense.
En su visita de hace un par de semanas, John Kerry aseguró tras reunirse con el gobierno brasileño que el espionaje se había llevado a cabo "por la seguridad de los ciudadanos brasileños" y que su objetivo es "defender el mundo". Tras las pruebas de que Dilma Rousseff y sus asesores han sido espiados, las disculpas "se revelaron falsas", aseguró ayer Bernardo. "Es un espionaje indiscriminado que no tiene nada que ver con la seguridad nacional", insistió el Ministro, que se pregunta: "Si tenemos noticia de que la presidenta de la República puede haber sido objeto de espionaje, ¿qué no puede sucederle a un ciudadano y a las empresas?".
El parlamento brasileño, por su parte, estudia conceder protección con agentes de la Policía Federal al periodista norteamericano Glenn Greenwald, residente en Brasil y que viene publicando en exclusiva los documentos de Edward Snowden sobre espionaje de los Estados Unidos tanto dentro como fuera del país. Lo propusieron ayer, en la primera sesión de la Comisión Parlamentar de Inquérito sobre espionaje abierta en el legislativo brasileño para buscar implicaciones por el espionaje norteamericano en Brasil. En Suecia, mientras tanto, el presidente estadounidense Barack Obama negó las filtraciones: "Puedo asegurar al público de Europa y alrededor del mundo que nosotros no salimos por ahí cuchicheando los mails de las personas o escuchando sus llamadas telefónicas".
http://www.elmundo.es/america/2013/09/04/brasil/1378325142.html