El problema con el superusuario root en kali viene de que kali nunca se pensó como sistema para instalar como sistema de uso diario/común para instalar en un disco duro.

Fue pensado como sistema pentesting para instalar en USB. (Y de hecho yo pienso que es la mejor manera de usarlo.)

Pero resulta que a mucha gente -quizá por aquello de que se pensaban que por instalarlo ya iban a ser superhacker- les dió por instalarlo como SO de uso común. Y es más, ¡incluso lo han instalado al lado de sistemas Windows!. (Fallo total de seguridad!)

Y en consecuencia, la organización que lo mantiene, kali.org, le dio por pensar que, en ese caso, se les debería aplicar las mismas políticas restrictivas que se aplican a otros sistemas operativos con usuarios no expertos, noveles, o que pudieran -de alguna forma- dejar sus sistemas expuestos.

Y por eso decidieron -en kali.org- (como en otras distribuciones como Ubuntu) que las nuevas versiones no vendrían ya con el superusuario root por defecto, sino que se iniciaría con un usuario
de nombre kali, y con contraseña: kali, también.

Sin embargo es fácil habilitar el superusuario root. Dado que el usuario 'kali' pertenece al grupo 'sudoers' ; se puede con 'sudo' habilitar passwd para el usuario root y, sin más, tener disponible a root y sus privilegios.

El mismo que siempre han persegudio los masones. Ganar esferas e influencias de poder Y propagar  sus ideas, que no son más que otra forma de religión.
Ganaban lo mismo que cuando se expandían en las esferas judicial, o política, o entre esferas de ingenieros y/o arquitectos, entre comerciantes, etc...
Pues si se expandían directamente entre la sociedad -sociedad alta claro, no se iban a expandir entre la plebe- miel sobre hojuelas. Y es lo que les brindaba Wolfang Amadeus; la conexión con esferas de la sociedad naciente, en aquel entonces.

Mozart no fue el gran músico que compuso infinidad de obras. Detrás de él había un colectivo masónico. El Mozart histórico era solamente la cabeza visible del colectivo, y ni siquiera era el mejor dotado musicalmente, sino que pensaban que era el que mejor se desenvolvía. En el lenguaje de hoy día:  era el que daba la cara por ser el más mediático.