Ya sea un móvil de temporadas pasadas o una tableta que nunca llegaste a encender, cualquier producto electrónico de tu casa puede hacerte un favor económico.

Quizás esté cogiendo polvo en un cajón, pero aún funciona. O, quizás, simplemente acaba de llegar su sustituto y su presencia ya está de más. Por una u otra razón, con el paso del tiempo acabamos acumulando un buen número de dispositivos tecnológicos que, en realidad, aún pueden hacernos un último favor. O, mejor dicho, a nuestro bolsillo.

Vender uno de estos aparatos usados no tiene por qué ser fácil. Al menos, si el objetivo es sacarle el máximo partido económico posible a la operación en un breve plazo de tiempo. Cuestiones como seleccionar la mejor plataforma, elegir un precio y un momento adecuados o vigilar a la posible competencia pueden ser claves a la hora de vender tecnología de segunda mano de la forma óptima.

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